Cambia el logo de I Love NY

A casi 50 años de la creación del mítico logo de I Love NY, la administración en turno decide hacer un refresh como parte de su campaña post pandemia, ¿qué opinas?

Por Ángel Ramírez

Es difícil encontrar a alguna persona que no conozca el famosísimo logo de I Love NY. Milton Glaser, renombrado diseñador se dio a la tarea de crear dicho emblema de la ciudad, por allá del año 1977. Muchas personas del ámbito gráfico, conocen la anécdota que relata a Glaser en la sala de espera, minutos antes de encontrarse con el alcalde de Nueva York, realizó el bosquejo de lo que años después se volvería un ícono de la cultura pop a nivel mundial. No exagero al decir que su pregnancia y sencillez era tal, que en corto tiempo se quedó dentro del imaginario colectivo.

La campaña, de la cual era parte el logo de Glaser, era parte de los varios esfuerzos realizados en aquel entonces por subrayar el amor por aquella ciudad y reavivar el optimismo de sus ciudadanos, ya que se veían envueltos en un contexto de crisis financiera y altos niveles de delincuencia. Ahora el contexto cambia, puesto que las condiciones no son tan desfavorables. Founders Agency son los encargados de dicho rebranding como un esfuerzo para reactivar el turismo post pandemia.


Uno de los cambios más notorios es el cambio de I Love NY a We Love NYC, lo cual pasa de lo individual a lo colectivo. Es por ello que la misma agencia lo llama una versión de la campaña de los 70. La inclusividad, colectividad, comunidad y apertura, parecen ser los ejes centrales a transmitir en la campaña, donde hacen un excelente uso de los emoticones para comunicar. Así prescinden de la traducción a diferentes idiomas y dejan que el usuario se identifique a través de estos íconos que nos son completamente familiares. Así pues, otro adjetivo a anotarse dentro de la lista antes mencionada sería internacional.

Y a todo esto ¿Qué reacciones ha causado?

Al parecer la respuesta no ha sido la mejor por parte de los neoyorquinos y pareciera que hay una división entre reacciones positivas y negativas. A pesar de que el nacimiento de este rebranding va de la mano de la organización sin fines de lucro Partnership for New York City, las activaciones en diferentes lugares públicos (Times Square, Madison Square Garden, etc.) han sido promovidas por actores políticos como el alcalde y la gobernadora, ambos del partido demócrata. Lo que deja entrever esta campaña como algo más político que comunitario.


Otro punto importante a mencionar, es que Nueva York se distingue por ser una ciudad cultural, y no es para menos que algunos diseñadores de la comunidad hayan tenido una respuesta no solo de rechazo al rebranding, sino que lo han destrozado. Y es que Glaser dejó la vara muy alta. Con solo una mirada superficial podemos darnos cuenta de que el nuevo logotipo ya no respeta el reticulado del anterior. Y no solo eso, sino que al realizar una revisión tipográfica encontramos más dilemas. Esto fue algo que el diseñador Ryan McGinness, se dió la tarea a desmenuzar en un solo post que ha estado circulando por las redes desde hace unos días. McGiness incluso se ofreció a regalar su propuesta gráfica, la cual sustenta como un homenaje a Glaser; construir sobre su legado.

A pesar de que la campaña pareciera puntos positivos, pareciera que dejaron algunos cabos sueltos. Una de las posibilidades es que ambos logos puedan convivir, sin embargo sería ilusorio decir que este recién nacido vaya a durar tanto como el de Glaser, a solo tres años de cumplir su quincuagésimo aniversario. Esperemos que Founders Agency o quien se quede a cargo de la campaña, vaya más allá de solo este despliegue inicial y haga los ajustes necesarios para que los ciudadanos adopten este refresh.

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