Comunicación y ética en las campañas publicitarias más polémicas de la industria de la moda

El propósito de las campañas publicitarias es captar la atención para la marca, actuando como una ventana por la cual se comunican los valores e ideales de la empresa al público, por lo tanto, es crucial que las marcas pongan énfasis en la ética en sus estrategias publicitarias.

Escrito por: Ameyalli Acuña 

 

El propósito de las campañas publicitarias es captar la atención para la marca, actuando como una ventana por la cual se comunican los valores e ideales de la empresa al público. A lo largo de la historia, estos mensajes han tenido un impacto significativo en las percepciones y comportamientos de la sociedad, por lo tanto, es crucial que las marcas pongan énfasis en la ética en sus estrategias publicitarias. A continuación, hablaremos de 5 campañas que dejaron una huella imborrable en el mundo del marketing.  

En 2022, Balenciaga lanzó una campaña navideña que suscitó controversia al usar imágenes de niños con ositos de peluche vestidos con atuendos que sugieren el bondage. Esta iniciativa generó una oleada de críticas en redes sociales, donde se censuró la campaña por considerarla inapropiada y por abordar temas sensibles como la pedofilia y la explotación infantil. 

Además, un anuncio independiente de la campaña, en colaboración con Adidas, mostró en un banner un documento de la Corte Suprema de los Estados Unidos vinculado a un caso de pornografía infantil. Este detalle avivó aún más la controversia en torno a las decisiones creativas de la marca. 

Demna Gvasalia, el cerebro detrás de la campaña aclaró que los elementos visuales controvertidos no pretendían aludir al sadomasoquismo, sino rendir homenaje a la cultura punk. No obstante, reconoció que la campaña fue un error y decidió retirarla pocos días después de su lanzamiento. 

El trasfondo de esta controversia se remonta a un año antes, en 2013, cuando un edificio en Bangladesh que albergaba fábricas de ropa se derrumbó, resultando en la trágica pérdida de más de mil vidas. Este suceso puso de manifiesto las condiciones laborales precarias a las que se enfrentan los trabajadores de la industria de la moda en ciertos países. 

En este contexto, American Apparel lanzó un anuncio en 2014 con una joven musulmana de 22 años, mostrándola con el torso descubierto y el lema “Hecho en Bangladesh”. La intención declarada de la marca era destacar que sus productos se fabrican en Estados Unidos, tratando de distanciarse de las prácticas laborales inhumanas evidenciadas por la tragedia en Bangladesh. 

No obstante, esta estrategia fue muy criticada y considerada insensible. Tanto el público como los críticos argumentaron que, lejos de fomentar una ética de producción responsable, el anuncio parecía capitalizar una tragedia humana. 

En 2007, Dolce & Gabbana se vio envuelta en una controversia debido a un anuncio con connotaciones machistas. El anuncio representaba a un hombre aferrando a una mujer que parecía oponer resistencia, mientras un grupo de hombres observaba la escena con indiferencia. 

Aunque los diseñadores Domenico Dolce y Stefano Gabbana aclararon en un comunicado que su intención era retratar un juego de seducción sin promover la violencia contra las mujeres, la imagen provocó una reacción inmediata y enérgica en la sociedad. Incluso organizaciones como Amnistía Internacional y el Comité de Control de la Publicidad expresaron su repudio, al considerar que la campaña podría interpretarse como una forma de justificar la violencia contra la mujer. 

Los anuncios de Benetton, la empresa detrás de la marca, siempre han sido controvertidos. Sin embargo, la campaña de otoño-invierno de 2007 generó críticas por promover adicciones. El anuncio mostraba a dos modelos, incluida la icónica Kate Moss, simulando inhalar un vestido, insinuando el consumo de drogas y comparando la adicción a la moda con la dependencia de sustancias como la cocaína. La respuesta negativa se centró no solo en la imagen explícita, sino también en la promoción velada del consumo de drogas que ha permeado la industria de la moda durante años. 

En 2006, la campaña Nolita atrajo la atención global por la audacia y visión de Oliverio Toscani, reconocido por sus controvertidas imágenes para Benetton entre 1982 y 2000. Esta campaña se destacó por una imagen impactante: la modelo Isabelle Caro posaba desnuda, mostrando su extrema delgadez con el lema “No anorexia”. Esta poderosa representación desafiaba los estándares de belleza establecidos, generando conciencia sobre los trastornos alimenticios agravados por la obsesión por la imagen y la delgadez promovida en la industria de la moda. Más que una mera publicidad, la campaña Nolita se erigió como un manifiesto visual contra las prácticas perjudiciales de la moda, colocando en el centro del debate la salud y la aceptación de uno mismo. 

 

 

Los anuncios publicitarios tienen el potencial de enviar mensajes profundos e influyentes a una audiencia global. Por lo que, es importante adoptar una responsabilidad ética que promueva valores positivos y constructivos.  

¿Consideras que las marcas están cumpliendo con su responsabilidad ética en la publicidad actual? ¿Qué campañas crees que han logrado equilibrar la creatividad con la conciencia social? 

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