Body positive: más que una tendencia digital

La vigilancia y la regulación de los cuerpos (particularmente los femeninos) tiene una historia muy larga. Ya en la época victoriana las mujeres luchaban por deshacerse de los corsés que moldeaban figuras imposibles sofocando a sus portadoras. Existen registros de aquella época sobre los movimientos que defendían “una vestimenta racional” e impulsaban el derecho de las mujeres a llevar pantalones. En la segunda mitad del siglo XIX los cuerpos muy delgados se consideraban intolerables. De esto último hay evidencia en el libro Belleza personal, escrito en 1870 por el médico y antropólogo Daniel Garrison Brinton.

Hoy, como siempre (podríamos pensar), los prejuicios forman parte de las normativas sociales que pesan sobre la forma en que percibimos nuestros cuerpos.

Debido a ello es que ha tomado una gran relevancia el concepto de Body Positive. De acuerdo el ensayo Body Positivity in Social Marketing, escritor por Tinja Oinonen, esta idea surgió en Estados Unidos en el año de 1996 a raíz de la fundación del Body Positivity Movement, un colectivo feminista que, a raíz de la proliferación de casos de trastornos alimenticios, decidió lanzar una serie de iniciativas para fomentar el cuidado y el respeto de los cuerpos en sus formas diversas. A la cabeza de esta organización estaban Connie Sobczak, quien había sufrido en carne propia las consecuencias del desorden alimenticio y la psicoterapeuta Elizabeth Scott, especialista en el tratamiento de este tipo de casos. Uno de los objetivos centrales del movimiento iniciado por Sobczak y Scott fue luchar contra los estereotipos impuestos por la publicidad y los medios de comunicación. 

Los mensajes body positive pueden definirse como aquellos que desafían las formas dominantes de exposición y visualización del cuerpo de acuerdo con estándares de belleza, y que alientan el desarrollo de la propia personalidad. En los últimos años las marcas de ropa han encontrado una mayor presión social sobre su responsabilidad en la percepción de las personas sobre sus propios cuerpos y es por ello que lo body positive se ha convertido en una estrategia de marketing. Algunas marcas que se han sumado a esta tendencia son Nike, con una línea de sostenes para tallas extra, H&M con su campaña #LikeALady, Dove con la campaña Real Beauty, el sello de ropa ASOS, con sus líneas ASOS Curve, ASOS tall y ASOS petite. 

Esto puede interpretarse positivamente, pues es claro que uno de los objetivos centrales de este reclamo social es que en los medios de comunicación tengan presencia todo tipo de cuerpos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, como menciona la psicóloga Maria Victoria Sánchez en una entrevista para el diario El País, “no estar satisfechos con nuestra silueta depende en gran medida de factores culturales, sociales, estados de salud y autoestima”.

La idea de Body positive nos invita a amar nuestros cuerpos, a celebrarlos tal y como son, pero parece un tanto complicado pensar que se puede pasar tan rápido de la insatisfacción al gusto y al placer por vivir un cuerpo que difiere de los patrones de belleza y salud tan arraigados en la industria de la moda. 

Es importante destacar que este reclamo social no se limita al estilo y manejo de la publicidad. El movimiento body positive se encuentra anclado principalmente en el mundo digital. Particularmente en redes sociales como Instagram y TikTok, que son plataformas que privilegian el uso de la imagen, el movimiento Body Positive ha tomado mayor fuerza. Vale la pena apuntar que, de acuerdo con estudios recientes como el publicado por Royal Society of Public Health y la Universidad de Cambridge, este tipo de redes sociales influyen de forma determinante en la autoestima de sus usuarios.

En los últimos años se ha promovido que la idea de body positive, podría cambiarse por la de body neutrality.

Quienes promueven este giro argumentan que las personas no pueden estar a gusto siempre con su cuerpo. Según esta tendencia el cuerpo es algo neutral, que a veces puede gustarnos y a veces podemos rechazarlo sin que esto implique una culpa. No puede negarse, sin embargo, que la idea de body positive es importante como un contrapeso a los cánones de belleza y moda que excluyen a las mayorías. Es necesario tener cuidado con romanizar conceptos. Sólo el pensamiento crítico y el autocuidado pueden ayudar a contrarrestar los daños psicológicos que produce mirarnos todo el tiempo en el espejo prístino y perfecto de las redes sociales, sus filtros y su inmediatez.


Ana F. Parrilla, “La ruina de pensar que todos los cuerpos son bonitos”, El País
Tinja Oinonen, “Body Positivity in Social Media Marketing”, Metropolia University
Royal Society of Health, Social Media and young people’s health

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